martes, 6 de agosto de 2019

El Tungsteno


¡Hola a todos! Bueno, en esta oportunidad quiero compartirles un cuadro informativo sobre El Tungsteno del poeta universal César Abraham Vallejo Mendoza. En este cuadro, está una recopilación de distintas fuentes para hacer un trabajo más completo. Espero que les guste, y compártelo con tus amigos.



Información y análisis sobre El Tungsteno de César Vallejo


   Obra: El Tungsteno
    
Dato importante:

    El Tungsteno, también llamado Wolframio, es un metal que puede soportar altas temperaturas. El metal más resistente al calor.

    Se le considera a la obra de El Tungsteno como "El Tungsteno como la primera novela indigenista (Díaz, Fuentes, González Vigil).

    Localización  
    
Autor

César Abraham Vallejo Mendoza, reconocido mundialmente como el “poeta universal”, fue un literato peruano que en sus obras refleja el sufrimiento del hombre andino. Vallejo nació en Santiago de Chuco un 16 de marzo de 1892, proveniente de una familia religiosa siendo el menor de 12 hermanos. En su infancia vivenció el mundo andino, de ello se basó para producir sus obras que serían reconocidas como El Tungsteno. Al crecer, fue a culminar sus estudios en Lima, estudiando en la UNMSM y luego publicar sus dos primero poemarios: Los Heraldos Negros (1918) y Trilce (1922). Partió hacia Europa y vivió en Francia hasta su muerte. En su última etapa de vida, redactó historias en prosa. De ahí, se creó la corta novela titulada El Tungsteno (1931).

    

Corriente literaria 
  
Vanguardista, debido al tiempo de publicación.
   
Realista, pues plasma la realidad de una época del Perú.

    Género 
    Narrativo
    Especie literaria
    Novela corta
    








Contexto temporal

   Los sucesos relatados ocurren en la década de 1910. La empresa norteamericana Mining Society se adueña de las minas de tungsteno de Quivilca, en el departamento del Cuzco (Perú). Desde Nueva York, ante el inminente ingreso de los Estados Unidos a la primera guerra mundial, la gerencia dispone agilizar la extracción del mineral.

  Así empieza el reclutamiento de peones y empleados para las labores mineras. El primer grupo parte de Colca (la capital de Quivilca), junto con algunos altos mandos de la empresa, y se asientan en un desolado paraje, en torno a las cabañas de los soras, indígenas que se habían mantenido hasta entonces alejados de la modernidad.

    

Contexto espacial
  
Espacio literario: la historia se desarrolla en el pueblo de Quivilca de la región Colca, Cuzco- Perú.

    Contenido
    





Protagonistas
  

  •     Mister Taik: gerente de la mina.
  •     Mister Weiss: sub-gerente de la mina
  •     José Marino: comerciante del bazar
  •    Mateo Marino: hermano de José Marino
  •    Servando Huanca: herrero del pueblo con ideales en contra del abuso al indígena.



    









Personajes secundarios

   Cucho: sobrino de Marino

  Graciela “La Rosada”: amante de Marino. Vino de Colca junto a sus hermanas Teresa y Albina. Usada en una de las borracheras de la tienda de Marino, fallece finalmente por ser ultrajada y drogada.

  Laura: india sirviente y amante de Mateo y José. Ella queda embarzada sin saber de quién, de los dos hermanos, era el padre del hijo.

Javier Machuca: cajero de la empresa

Baldomero Rubio: ingeniero de la mina

Baldazari: comisario del asentamiento minero

Leonidas Benites: agrimensor de la empresa, hombre muy moral.

Parga: alcalde del pueblo. Viejo, astuto y ladrón

Julio Zavala: profesor de la escuela del pueblo

Ortega: juez del pueblo

Iglesias : propietario de quinta parte de la finca urbana de la zona y de la hacienda de cereales.

Velarde: cura de Colca, quien participa y da su justificación en la masacre a los indios.

Isidoro Yépez y Braulio Conchucos: ambos son yanaconas analfabetos de Guacapongo. Son llevados a la fuera a Colca para cumplir el servicio militar obligatorio. Sus familias van con ellos.

Soras: indígenas de Quivilca quienes no tenían ni idea de lo que era salario, trabajo y todos los objetos del mundo moderno.

Peones: algunos de ellos se solidarizaban con los Soras y otros se molestaban por la inocencia que les caracterizaba.

Subprefecto Luna: viejo funcionario, cruel. Se pone de acuerdo con Marino para entregarle 20 indios prisioneros para el trabajo de las minas.



    Estructura 
    

Estructura externa
  
La obra consta de tres capítulos separados en dos sub-apartados.
 


Estructura temporal y contextual
                                                 

  •  Anacronía cronológica
  •  Flashbacks: claro ejemplo de ello es cuando el autor narra el proceso de como “los enrolados” son capturados.

    Expresión
   


 Narrador

  •    Narrador omnisciente
  •    Narrador personaje: algunas veces el narrador narra la historia como un personaje en tercera persona.

    

Técnicas  narrativas usadas

  • ·        Descripción
  • ·        Final abierto

    

Uso de lenguaje

Ø  Lenguaje descriptivo: diálogos directos.


   

 Cualidad del lenguaje

Ø  Lenguaje coloquial de la zona andina.

Ø      Lenguaje técnico

    




Temática general
     
El arribo de la minería a la región de Colca y, en concreto, a la zona de Quivilca. Por la minería, la vida en Colca cambia radicalmente. Empiezan a existir las actividades comerciales, los contratos, los documentos son  pan de cada día. Cuando la Mining Society llega a Quivilca, ésta se encuentra con una población que no conocía el sistema bancario ni tenían idea de qué era el dinero. Los Soras, por la inocencia que los caracterizaba, cambiaron sus terrenos por objetos de los yanquis. Sobre todo de José Marino.



   
 


Temáticas secundarias
  
Conversaciones y noches de embriaguez entre los dueños de la mina, los empleados, las autoridades y José Marino acerca de los Soras, y el abuso sexual y posterior muerte de La Rosada, una muchacha de apenas 18 años. 



    



Sentimientos

  • ØIgualdad: Este sentimiento no fue cumplido en ningún momento por los patrones que trataban a los obreros como animales.
  • ØValentía: esto lo aplicó Servando Huanca junto a Leonidas Benites y el apuntador para enfrentarse a los abusos.
  • ØConfusión: los indios amarrados no sabían por qué eran alejados de sus familias.
  • ØOdio: las familias de los enrolados no quería que sus hijos vayan al pueblo, les disgustaba los abusos de los hombres civilizados.
  • ØRebelión: cuando Servando Huanca expone sus ideas de ir contra la empresa minera.
  • ØPerplejidad: la Rosada se quedó perpleja al ver a los demás compañeros de Marino saliendo de sus escondites.
    
Tiempo

  No lineal, saltos en el tiempo, anacronías.
    
Duración temporal

    La historia transcurre en un lapso de dos o tres meses aproximadamente.

    





Escenario (Ambiente) físico 
     

Espacio geográfico: Quivilca
     
Ambientes:
  • ·        Bazar
  • ·        Casa de Mateo
  • ·        Habitación de Benites
  • ·        Pueblo
  • ·        Camino hacia Colca

    


Escenario (Ambiente) psicológico
  • Ø  Terrorífico
  • Ø  Miedo
  • Ø  Tristeza
  • Ø  Sepulcro
  • Ø  Odio
  • Ø  Abusos
    
   

    












Figuras literarias
   
Hay en sí muchas figuras literarias, pero he de mencionar las más importantes:
  • Ø  Símil:
  1. -             “le llenó el alma hasta la boca ahogándose como si mascase amargos …”
  2. -             Causó un retorcimiento elástico como un látigo.
  • Ø  Metáfora:
  1. -             “Benites era la economía personificada, defendía el más pequeño centavo con un celo edificante”
  2. -        Sus luceros eran enormes.
  3. -        Las perlas caían ya de los ojos del apuntador.
  • Ø  Anáfora
  • Ø  Hipérbole


Historia
    Capítulo I
    En Quivilca se instalaron junto a los peones y mineros, míster Taik y míster Weiss, gerente y subgerente de la “MiningSociety”; el cajero de la empresa, Javier Machuca; el ingeniero peruano Baldomero Rubio; el comerciante José Marino, que había tomado la exclusiva del bazar y la contrata de peones para la “MiningSociety”; el comisario del asiento minero, Baldazari y el agrimensor Leónidas Benítez, indios de la región, fueron ingenuamente estafados por obreros, peones y sobre todo por Marino, Machuca y Baldazari.

  Los soras cambiaban sus plantaciones y sus animales por cosas insignificantes como: garrafas, franelas en colores, botellas pintorescas, caramelos, vasos transparentes etc. Los soras se sentían atraídos por estos objetos, como ciertos insectos a la luz.

    Capitulo II

   El primero en operar sobre las tierras de los soras para enriquecerse fue José Marino, quien formó una sociedad secreta con el ingeniero Rubio y el agrimensor Benites. Este trío tuvo que competir con Machuca, Baldazari y otros que también despojaban de sus bienes a los soras.

     José Marino adulaba a todo el que, de una u otra manera, podía serle útil. Un día que Marino debía ir de Quivilca a Colca, se reunieron en su bazar para despedirlo, Leónidas Benites, Míster Taik, y Míster Weiss, el comisario Baldazari, Rubio y Javier Machuca.

    Las botellas de champaña fueron desfilando raudamente y en cada, ¡salud!, Marino no desaprovechaba la oportunidad para adular a todos los presentes. Cuando ya estaban ebrios Marino propuso otorgar a “La rosada” (una mujer india de 18 años) a los presentes; esta era una de las queridas de Marino.

   El ganador del “premio” (de La Rosada) fue el comisario Baldazari; Marino de inmediato envió a su sobrino Cucho en busca de la muchacha, quien llego a los pocos minutos. El exceso de licor provoco tal degeneración que “La rosada”, cuyo nombre era Graciela, fue poseída por todos los presentes.

    La muchacha se había negado a las exigencias de José Marino, pero este le había dado una pócima que la embriagó hasta privarla. La muchacha murió por efecto de la droga que le administró José Marino. Míster Taik exigió absoluta discreción. La llevaron a su casa y dijeron a sus hermanas que le había dado un ataque.

    Las hermanas de la difunta fueron donde Míster Taik a pedirle justicia porque consideraban que a su hermana la habían matado. El gringo las botó y todo quedó así, sin movimiento alguno.

  En Colca, José Marino tenía otro bazar en sociedad con su hermano Mateo; la firma se llamaba “Marino hermanos”. Los hermanos Marinos eran originarios de Mollendo y hace doce años que se habían establecido en la sierra. Lentamente habían ido escalando posiciones hasta llegar al lugar en que estaban, pero siempre con la adulación.

   Había en casa de Mateo una india, bajada de la puna a los ocho años y vendida por su padre, un mísero apasero, al cura de Colca; se llamaba Laura, y cuando José venia de Quivilca, Laura solía acostarse también con él a escondidas de Mateo. Ella en el fondo odiaba a su patrón y amante; “cuarentón, colorado, medio legañoso, redrojo, grosero, sucio y tan ávaro” como su hermano José. La raíz de este odio era por el desprecio insultante que Mateo le daba cuando había gente en casa de “Marino hermanos”, afín de que nadie creyese lo que todo el mundo creía: que era su querida. José la retenía con la astucia y el engaño prometiéndole que la haría su mujer ante todos, cuando el tono de su hermano Mateo la dejara como lo hozo con la madre de su hijo Cucho. Esa noche fue Mateo el primero en deslizarse hasta la cocina donde dormía Laura para ponérsela brutalmente. A los pocos minutos fue José, quien aprovechando que Mateo dormía, visitó a la joven india en la cocina. Laura le confeso que estaba embarazada de él; y éste se negó a tal compromiso. José había contado a su hermano que Míster Taik le había pedido cien peones más para la mina de tungsteno que explotaba la Mining Society.

   Como no era fácil convencer a los indios para tan dura tarea, en la cual ya habían casi desaparecido los soras, fueron a buscar al subprefecto Luna para que les facilitara dos gendarmes. Este les manifestó que carecía de personal y que el escaso que estaba a su cargo los tenía ocupados “cazando” conscriptos. Dos yanaconas, Braulio conchucho e Isidoro Yepez, fueron traídos desde Guaca pongo a Colca, para ser enrolados en el servicio militar. Sin sombrero, bajo un sol abrazador, los encallecidos pies en el suelo, los brazos atados hacia atrás, amarrados por la cintura con un lazo de cuero al pescuezo de las mulas, los yanaconas fueron arrancados de sus hogares y atravesando ríos, quebradas y pedregales, fueron llevadas a Colca ya casi agonizantes por dos crueles y sanguinarios gendarmes. El pueblo, sediento de venganza, se vuelca contra la oficina del alcalde y lideradas por el herrero del pueblo, Servando Huanco, exigen justicia. Braulio Con chucos no pudo resistir más tiempo y cayó muerto en la oficina del alcalde Para, delante del prefecto Luna, el secretario boda, el juez Ortega, el gamonal Iglesias y el medico Riaño quien certifico su muerte. Servando dio entonces un salto a la calle entre los gendarmes, lanzando gritos salvajes, roncos de ira, sobre la multitud ¡un muerto! ¡Lo han matado los soldados! ¡Abajo el subprefecto! ¡Viva el pueblo! La confusión, el espanto y la refriega fueron instantáneos. El enfrentamiento entre la persecución de estos últimos con el pretexto de restablecer el orden público. No se respetó ninguna vivienda; todas fueron violentadas en busca de los “sublevados”. Los más encarnizados en la represión fueron el juez Ortega y el cura Velarde. En una reunión ofrecida por el alcalde Para, los hermano Marino llevaron a un rincón al subprefecto Luna y lo convencieron para que este les facilitara veinticinco indios que estaban en la cárcel, los cuales en la madrugada, emprendieron viaje a las minas de Quivilca. Pocas semanas después, el herero Servando Huanca conversaba en Quivilca con Leónidas Benites, quien había sido arrojado de su puesto de agrimensor. Perdiendo además su sociedad de cultivo y cría con José Marino.


    Capítulo III

    Con palabras desgarradoras, Huanca logró que Benites despertara del letargo en que estaba sumido y se diera cuenta que los pobres indios eran no solo explotados, sino también maniatados por los Yanquis y por los malos hombres como José y Mateo Marino que servían incondicionalmente a tipos sin escrúpulos como míster Taik. Benítez proporcionó un documento que demostraba que Míster Taik no era yanqui sino alemán, y que con esa evidencia podrían fregar a la “Mining Society”.

  Ambos hombres se unieron para iniciar la rebelión de los indios contra sus opresores. Lo que había terminado de decidir la actitud de Huanca, era el amor que sentía por la difunta Graciela a quien le recordaba y amaba en silencio.

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